Y tú…. ¿qué haces con tus sueños?

Durante buena parte de mi vida viví sin soñar. Me acompañaba una creencia. Creía que todo aquello que soñara quedaría enterrado para siempre en el mundo de los imposibles. Era una especie de superstición que yo me había creado a raíz de algunas cosas que no me habían salido bien en el pasado y que me había llevado inconscientemente a creer que una fuerza misteriosa escuchaba mis sueños para boicotearlos… Ahora me doy cuenta de que, en aquella época de mi vida, vivía como una víctima de las circunstancias. Pensaba que era una marioneta de un destino sobre el que no tenía influencia… Así que había enterrado yo misma mis sueños antes de que ninguna fuerza extraña y mal intencionada viniera a arrebatármelos.

Es curioso cómo funciona a veces nuestra mente. Enterramos nuestros sueños para que no nos los arrebaten, porque pensamos que en realidad nunca se podrán hacer realidad… Y entonces la profecía se cumple. Los sueños no se alcanzan… nunca.

Hace ya mucho tiempo que descubrí que no somos víctimas de las circunstancias. Que se puede elegir la vida que queremos vivir, porque de hecho eso es lo que hacemos a cada paso, a cada decisión. Incluso cuando las circunstancias parecen tener un peso tan grande que nos sentimos atrapados, esclavos o sin salida, siempre hay posibilidades de elegir cómo enfrentarnos a todo eso, cómo nos lo tomamos, cómo lo vivimos. Siempre estamos eligiendo la vida que queremos vivir, incluso cuando la elección es vivir pensando que eres víctima de tus circunstancias y que no puedes elegir…

Ahora que vivo como protagonista de mi vida me atrevo a soñar, porque ya no hay lugar para la superstición o el miedo. Y lo más maravilloso de todo es que esos sueños se vuelven realidad. Y es que, cuando te atreves a soñar, te atreves a diseñar tu futuro, pones tu energía en ese futuro que buscas y deseas, te pones en movimiento, y empiezas a buscar cómo hacerlo realidad. Empiezas por creer en que es posible alcanzar lo que deseas, y continuas atreviéndote a fijarte una meta y ponerte en acción para hacer realidad ese sueño.

En definitiva, te comprometes con tu sueño y, ¿”mágicamente”?, se hace realidad.

Y tú, ¿qué haces con tus sueños? ¿te atreves a soñar?

Sueños

¿TÚ QUÉ ERES ZANAHORIA, HUEVO O CAFÉ?…

Una hija se quejaba a su padre acerca de su vida y cómo las cosas le resultaban muy difíciles. Cada vez que solucionaba un problema, aparecía otro. No sabía cómo hacer para seguir adelante. Estaba cansada de luchar y consideraba darse por vencida. Su padre era chef en un restaurante y un día decidió llevarla al restaurante donde trabajaba. Allí, sin decir palabra, llenó tres recipientes pequeños con agua y los colocó sobre el fuego. En cuanto el agua comenzó a hervir colocó una zanahoria en uno, un huevo en otro y unos granos de café en el tercero. La hija esperó pacientemente preguntándose qué estaría haciendo su padre.

A los veinte minutos, el padre apagó el fuego. Sacó la zanahoria y el huevo y los puso en un plato y el café lo dejó en el recipiente.

La hizo acercarse y le pidió que tocara la zanahoria y notara como era. Ella lo hizo y le contestó que estaba blanda.

Luego le pidió que rompiera la cáscara del huevo y notara como era el huevo. Ella lo hizo y contestó que estaba duro.

Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma y sabor.

La hija preguntó: “¿Qué significa esto, papá?”

El le explicó: “Los tres elementos se enfrentaron a la misma adversidad: agua hirviendo. Pero cada uno reaccionó de manera diferente:
La zanahoria llegó al agua fuerte y dura; pero se volvió blanda y débil.
El huevo había llegado al agua frágil, protegido solo por su cáscara; pero se volvió duro. Los granos de café, sin embargo, eran únicos. Después de estar en agua hirviendo, habían cambiado el agua.

¿Cuál eres tú?, le preguntó a su hija…

En la vida nos enfrentamos a circunstancias que no podemos cambiar. Lo único que podemos hacer es decidir cómo afrontarlas. Tal vez hoy sea uno de esos días en que el agua está hirviendo y comenzamos a sentir mucho calor… Tú puedes elegir si quieres ser zanahoria, huevo o café. Si quieres dejarte arrastrar por las dificultades que encuentras en tu camino y perder tu fuerza debilitándote y dándote por vencido. Si quieres aprender de esas dificultades y retos y crearte una coraza a tu alrededor como mecanismo de defensa, mostrándote aparentemente más resistente pero habiendo perdido tu esencia. Si quieres aprovechar esas situaciones para transformarte y transformar lo que hay a tu alrededor dejando tu verdadero yo salir, lo que te hace único, lo que puede enriquecer a los demás, lo mejor de ti…  ¿Tú qué eliges?

DSC_3942